viernes, marzo 06, 2009

De escritor, estratega a profesor. Gendarmeria Nacional.

En 1921 el gobierno de Yrigoyen envía tropas a la Patagonia para sofocar una huelga de los trabajadores de la zafra lanera; este hecho es conocido como la Patagonia Trágica. “Los sucesos de Santa Cruz son claro ejemplo de la inoperancia del gobierno del Sr. Yrigoyen, que durante los cinco años pasados desde la iniciación de su período, no ha conseguido garantizar a los pobladores de algunos territorios los derechos más elementales” (La Prensa, 1 de nov.).
Perón escribe y publica “Ejercicios Corporales” (1923); “Higiene Militar” (1924); “Moral Militar” (1925) y en 1926 ingresa en la Escuela Superior de Guerra. En 1928 “El Frente Oriental de la Guerra Mundial de 1914. Estudios Estratégicos”; en ese año muere su padre y en 1929 se casa con Aurelia Tizón y recibe su diploma de Oficial de Estado Mayor.
Para comienzos de 1930 se está gestando un golpe de Estado contra el gobierno constitucional. La insensibilidad popular con respecto a la suerte del gobierno evidencia un corte entre la dirigencia y su base, pero también el ejército estaba dividido. Los Grales. Uriburu y Justo eran los jefes naturales de los dos grupos. El primero se autoproclama nacionalista, rechaza el absorbente personalismo yrigoyenista y aspiran a un dictador patricio. El segundo, quiere otorgarle a su sector un sentido más legalista, apoyándose en los sectores antipersonalistas, pretende tomar el gobierno por las armas, y luego retornar a la constitución y la normalidad. Perón apoya a este último sector.
El 6 de septiembre es derrocado Irigoyen. Eran civiles y militares que no supieron ejercer sus derechos ciudadanos en democracia y por ello se confabularon a lo largo de la historia con la fuerza de las bayonetas. Eran las minorías atados a intereses foráneos que maniobraban paralelamente, siempre enfrentados con los nacionales, protegidos desde los cuarteles para hacerse del poder. Era la pequeña burguesía prebendaria afín con esa antigua burguesía terrateniente, que buscaba enriquecerse con sus enormes extensiones de tierra. El nuevo gobierno de facto, que posee una fuerza operativa enorme en su aparato militar y financiero, pero que también es presa de la más cerrada improvisación y su falta de planificación no responde a la demanda de un pueblo que forzosamente tiene necesidades sociales sin resolver. El papel de las FF.AA., siempre con un lugar preponderante en el esquema de poder, se hallan faltos de planes y proyectos para incluir a los millares de marginados que pululaban indiferentes alrededor de un estado conservador, enriquecido, pero indiferente. El dinero proveniente del puerto y del campo se distribuye mal, no estaba contemplada la distribución de esa riqueza y no se alcanzaba a resolver situaciones esenciales de carencia que asolaban a la nación.
En esas aciagas horas de nuestra historia, le encomiendan la orden, a Perón, de patrullar las calles para evitar daños mayores: “No queremos que el populacho destroce nuestra ciudad” declara su superior. Al día siguiente, lo designan secretario privado del nuevo ministro de Guerra. Su esposa, Potota, le recrimina haber aceptado tal designación, no soporta lo que habían hecho con el gobierno radical. Por fortuna para la pareja, en octubre Uriburu firma el decreto que separa a Perón de ese cargo y lo designan profesor suplente en la Escuela Superior de Guerra e inmediatamente es comisionado para integrar una misión en la frontera norte del país. Es un castigo por decidir mal.
Estando en La Quiaca, Jujuy, contrae una afección pulmonar, la mala alimentación, la puna, la fatiga, la falta de previsión adecuada y la desidia de su superior que los abandona parecen confabularse contra ellos. “Menos mal que teníamos un organismo a toda prueba porque de lo contrario no estaríamos contando el cuento…se hubieran salido con la suya quienes desde Bs.As. querían desembarazarse de gente como Descalzo, Sarobe y quien les habla, por considerarnos demasiado críticos del proceso septembrino”.
Al año siguiente, ya en Bs.As., lo nombran profesor titular de Historia Militar en dicha Escuela. “La experiencia en la cátedra me condujo a delinear un sistema de enseñanza propio, basado fundamentalmente en el pragmatismo didáctico, yendo de lo particular a lo general y de lo concreto a lo abstracto...Esta experiencia edificó en mí la base fundamental de lo que sería en mi futura estrategia de adoctrinamiento político, basado fundamentalmente en el cuidado por partir de lo concreto y tangible para que el oyente pudiese ir elaborando por sí mismo las ideas, incorporándolas a sus conocimientos previos sin saltos bruscos, sin rupturas que pudieses oscurecer la concepción total, pero, a su vez, sin que implicase un quietismo intelectual sino que fuese una propuesta de consolidación de la cultura nacional enriquecida mediante aportes permanentes. En la labor docente descubrí que esta función está verdaderamente justificada cuando, y sólo cuando, la inclusión de nuevos temas están relacionados directamente con ejes intelectuales que se vinculan con datos culturales de sólida raíz sociológica, porque no hay problema más grave que el del hombre. El proceso histórico de estos últimos años viene demostrando al mundo entero que mientras la humanidad siga aferrada a la búsqueda de solución de problemas que no inciden directamente sobre el hombre, no llegará jamás a ninguna solución integral. La cual y sin ninguna duda, tendrá que buscar en el campo económico social y por el ancho camino de la cultura”.
Sus clases eran magistrales. Perón poseía ese extraño encanto de atrapar con su narrativa porque ponía una pasión encantadora en su voz intensa y profunda al transmitir los hechos y estos, tomaban vida en el brillo de sus ojos y en los movimientos de sus manos. Era cuestión de tocar un tema y dejarse llevar por la cantidad de conocimiento e información que poseía este joven oficial. Algunas veces era tan didáctico que tenía la habilidad de insertar a uno en su relato y hacerlo sentir un verdadero protagonista de los hechos. Había en torno a su personalidad una calidez humana que envolvía, y que hacia que todo el curso fuese una gran familia, y en ella no faltaron las emociones, las alegrías y las grandes tristezas. En él había una gran sed de aprendizaje y conocimiento. Apasionado en la lectura, deseaba cultivarse tratando de superar sus limitaciones.
En 1931 es promovido a Mayor y designado ayudante del jefe de Estado Mayor. En 1932 publica “Apuntes de Historia Militar. Parte Teórica”. Pasa a desempeñar el cargo de ayudante de campo del Ministro de Guerra. Para esa época, realiza una de sus primeras y mayores aventuras de su juventud, sucedió cuando recorre casi todo el sur del país en compañía de Pedro y Félix San Martín, Sanguinetti, de Fasola Castaño, se internaron en los contrafuertes cordilleranos por la región de los lagos Lacar y Traful, en la zona de Junín de los Andes. Allí quedaron reflejadas imágenes increíbles en su máquina filmadora francesa marca Paté. Con ella logra filmar lugares casi desconocidos por aquellos tiempos de nuestras fronteras y a su regreso preparó un trabajo que tituló: “La Patagonia; pasado, presente y porvenir”, con el cual hizo una presentación en el Ministerio de Guerra a cargo del Gral. Manuel Rodríguez y con la presencia del Ministro del Interior Dr. Leopoldo Melo.
Esta fue una de las primeras veces que se vio una especie de proyección a color en el país, pues Perón había puesto en el proyector tres vidrios de un color distinto y la imagen se veía en pantalla a tres colores. Además, dicho informe constituyó el primer paso para la creación de una fuerza de vigilancia de fronteras o mejor dicho, fue su informe lo que posibilitó posteriormente la creación de la Gendarmería Nacional.En 1933 da a luz “Apuntes de Historia Militar y Guerra ruso-japonesa” y en 1935 “Toponimia Araucana”, donde presentó un trabajo pionero de interpretación de las lenguas indígenas acompañando de los caciques Manuel Llauquín y Pedro Curruhinca.

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